Catequesis sobre la Mediación Universal de Nuestra Señora. Día segundo

La intercesión de María Santísima es necesaria

El Padre Suárez concluye que es el sentimiento de la Iglesia universal “que la intercesión y las oraciones de María Santísima son, encima de las de todos los otros, no sólo útiles sino necesarias”. Necesarias, de acuerdo con, lo que ya dijimos, no una necesidad absoluta, porque sólo la mediación de Jesucristo es absolutamente necesaria, pero con una necesidad moral; porque la Iglesia cree, con San Bernardo, que Dios determinó que ninguna Gracia sea concedida de otro modo que no sea por las manos de María Santísima. 

“Dios quiere”, dice el Santo, “que no tengamos nada que no haya pasado por las manos de María Santísima”; y, antes de San Bernardo, ya San Ildefonso había afirmado lo mismo, dirigiéndose a la Santísima Virgen en los siguientes términos: 

“Oh María Santísima, Dios decidió confiar todos los dones que Él destinó a los hombres a Tus manos, y por lo tanto, Te confió todos los tesoros y riquezas de Gracia”. 

Y por eso San Pedro Damián comenta “que Dios no se haría hombre sin el consentimiento de María Santísima; en primer lugar, para que nosotros nos sentamos una deuda de grandes obligaciones para con Ella; y en segundo lugar, para comprender que la salvación de todos nosotros es dejada al cuidado de esta Bienaventurada y Siempre Virgen”.

Por ello...
Para encontrar a Jesús rezad a María Santísima

San Buenaventura, sobre las palabras del profeta Isaías, “Y saldrá un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz se elevará una flor. Y reposará sobre él el Espíritu del Señor”, (Is. 11:1), hizo un hermoso comentario diciendo: 

“Quien desea las siete Gracias del Espíritu Santo, deba procurar la flor del Espíritu Santo en el tallo”. O sea, por Jesús en María Santísima, “Porque por el tallo encontramos la flor, y por la flor encontramos a Dios”. 

Y en el duodécimo capítulo de la misma obra, añade: “Si deseas poseer esta flor, dobla el tallo que tiene la flor, por la oración, y así la obtendrás”. 

El Padre Seráfico, en su sermón de Epifanía sobre las palabras de San Mateos, “Encontraron el Niño con María, Su Madre”, (Mateo 2:11), nos recuerda que si deseamos encontrar a Jesús, tenemos que encontrarlo con María Santísima. Podemos concluir, entonces, que buscaremos en vano a Jesús, a menos que lo busquemos con María. 

Y así San Ildefonso dice: “Deseo ser el siervo del Hijo: pero como nadie lo será sin servir a la Madre, por esta razón deseo entregarme al servicio de María Santísima”.

San Bernardo dice que, “tanto como un hombre y una mujer cooperaron en nuestra ruina, era apropiado que otro hombre y otra mujer cooperasen en nuestra redención, y Ellos son Jesús y Su Madre, María Santísima. No hay duda”, dice el Santo, “que Jesucristo era, por Sí sólo, más que suficiente para redimirnos. Pero era en efecto apropiado que ambos los sexos trabajasen juntos para reparar el mal que ambos los sexos habían causado”. Por lo tanto, San Alberto el Grande llamó a María Santísima la “Ayudadora de la Redención”. 

La Santísima Virgen reveló a Santa Brígida que, “tal como Adán y Eva vendieron el mundo por una maza, así Ella lo redimió con Su Hijo, de cierta manera con un solo Corazón”. Esto es confirmado por San Anselmo, que dice que “aunque Dios pudiese crear el mundo a partir de la nada, cuando él se perdió a causa del pecado, Él no quiso reparar el mal sin la cooperación de María Santísima”.

Santa María Mediadora de la Salvación, ruega por nosotros. Amén.

Catequesis sobre la Mediación Universal de Nuestra Señora. Día primero

La intercesión de María Santísima es necesaria para nuestra salvación

Esta catequesis sobre la necesidad de la intercesión de María Santísima para nuestra salvación es tomada de una sección de un capítulo de Las Glorias de María, libro de San Alfonso María de Ligorio. 

El extracto prueba que la intercesión de María Santísima también es necesaria para la salvación. Y decimos necesaria, no absolutamente, sino moralmente. 

Todas las gracias nos son dadas por las manos de María Santísima

Un escritor antiguo, probablemente San Sofronio, en un sermón sobre la Asunción de Nuestra Señora publicado con las obras de San Jerónimo, dice que “la plenitud de la Gracia que está en Jesucristo vino sobre María Santísima, aunque de un modo diferente”; es decir que Nuestro Señor es como la Cabeza, de quien los espíritus vitales (o sea, el auxilio divino para obtener la salvación eterna) fluyen a nosotros, que somos los miembros de Su Cuerpo Místico; y que la misma plenitud está en María Santísima, como siendo el cuello, por lo cual pasan esos espíritus vitales a los miembros. 

La misma idea es confirmada por San Bernardino de Siena, que explica esto más claramente, diciendo que “todas las Gracias de la vida espiritual que descienden de Cristo, la Cabeza, a los fieles, que son Su Cuerpo Místico, son transmitidas por la mediación de María Santísima”. 

El mismo San Bernardino intenta atribuir una razón para esto, al decir que “tal como Dios se dignó habitar en el vientre de la Virgen Santísima, Ella adquirió, por así decir, una especie de jurisdicción sobre todas las Gracias; porque cuando Jesucristo dejó Su santísimo vientre, todos los corrientes de dones divinos fluyeron de Ella como de un océano celeste”.

En otro lugar, repitiendo la misma idea en términos más distintos, él reitera que “a partir del momento en que esta Virgen Madre concibió el Verbo Divino en Su vientre, Ella adquirió una jurisdicción tan especial, por así decir, sobre todos los dones del Espíritu Santo, que desde entonces ninguna criatura recibió de Dios ninguna Gracia de otro modo que no fuese por las manos de María Santísima”.

Otro autor, en un comentario a un pasaje de Jeremías, en que el profeta, hablando de la Encarnación del Verbo Eterno y de María Santísima, Su Madre, dice que “una mujer abarcará un hombre”, – señala que – “así como no se puede diseñar una línea a partir del centro de un círculo que no pase por la circunferencia, también no hay Gracia que procede de Jesús, Que es el centro de todo el bien, sin pasar por María Santísima, Que Lo abarcó cuando Lo recibió en Su vientre”.

Dice San Bernardino que es por esa razón que “todos los dones, todas las virtudes y todas las gracias son dispensadas por las manos de María Santísima para quien, cuando, y de todo modo que Le es agradable”. 

Ricardo de San Lorenzo afirma también “que es la voluntad de Dios que todas las cosas buenas que concede a sus criaturas pasen por las manos de María Santísima”. 

Y así, el Venerable Abad de Cellas exhorta a todos que recurran a “este Tesoro de Gracias” (él así llama Nuestra Señora); porque el mundo y toda la raza humana deben recibir todo el bien de que tenga esperanza a través de Ella sólo. “Dirigidos a la Santísima Virgen” – dice él; “porque por Ella, y en Ella, y con Ella, y de Ella, el mundo recibe, y recibirá todo lo bueno”.

Ahora, debe ser evidente para todos nosotros que, cuando esos Santos y esos autores afirman, en aquellos términos, que todas las Gracias nos vienen a través de María Santísima, no quieren decir simplemente que nosotros “hemos recibido a Jesucristo, fuente de todo lo bueno, a través de María Santísima”, como el escritor que nombramos pretende; sino que ellos nos aseguran que Dios, que nos dio Jesucristo, quiere que todas las Gracias que fueron, son y serán concedidas a los hombres hasta el fin del mundo por los méritos de Cristo, sean dispensadas por las manos y a través de la intercesión de María Santísima.

Santa María Mediadora de la Salvación. Ruega por nosotros. Amén.

Festividad de Nuestra Señora Mediadora de la Salvación

El próximo sábado 30 de mayo, festividad de Nuestra Señora Mediadora de la Salvación, se celebrará en nuestra sede canónica, la parroquia de Santa María de la Encarnación, Santa Misa a las 19:30 horas en honor a nuestra sagrada titular

A las 19:00 horas tendrá lugar el rezo del Santo Rosario.

Os recordamos también el horario de apertura de nuestra parroquia en esta fase 1, para aquellos hermanos y devotos que quieran acercarse en ese día a rezar ante la Virgen Mediadora: de 9:30 a 11:00 h y de 18:30 a 20:30 h.

Se ruega se respeten las medidas previstas, especialmente la de aforo máximo del templo en fase 1, que es de 76 personas.

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Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno Redentor del Mundo y Nuestra Señora Mediadora de la Salvación
Parroquia de San Patricio de Málaga

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